Niñas y Niños Sord@s
Información para sus Maestros
Educar desde el bilingüismo
Existen diferentes corrientes educativas que responden directamente a las
varias miradas hacia los sordos. El resultado de estas miradas se refleja en el
diseño de las políticas educativas. Si los sordos son pensados exclusivamente
desde la discapacidad, probablemente las estrategias que se propongan estén
relacionadas con una mirada clínica y de rehabilitación.
Por el contrario, si los sordos son concebidos como sujetos de derecho, los
programas de educación reflejarán esta perspectiva.
El modelo bilingüe-multicultural propone dar acceso al niño sordo a las
mismas posibilidades psico-sociolingüísticas que tienen todos los niños.
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Será
solo de esta manera que el niño sordo pueda actualizar todas sus capacidades
lingüístico-comunicativas, expandir sus potenciales dentro de la cultura sorda,
aprender los contenidos, desarrollar su lengua, construir una identidad
confortable y aproximarse a través de ella a cualquier otra cultura y aprender
cualquier otro idioma desde la lecto-escritura.
La educación bilingüe para sordos significa más que la utilización de dos
lenguas (el español y la lengua de señas argentina - LSA) en la enseñanza. las
concepciones sobre primera lengua (LSA) y segunda lengua (español) planteadas en
la educación bilingüe están basadas sobre análisis mucho más profundos acerca de
los sordos y la sordera, la pertenencia a un grupo, el concepto de diferencia,
la tolerancia, la pedagogía general, la educación especial y la formación
docente.
La educación bilingüe para sordos deberá considerar el diseño de una escuela
accesible lingüísticamente a través del uso de la lengua de señas, pero también
debe estar pensada para que sea visual y culturalmente accesible. Es decir, que
contemple el respeto por la cultura de la comunidad sorda e implemente un
entorno lingüístico apropiado para el niño sordo, que le da la libertad más
fundamental: comunicarse en su propio idioma.
La lengua de señas argentina debe circular en el establecimiento educativo
tanto como idioma-herramienta para la enseñanza de los contenidos curriculares
generales, como en los momentos de entretenimiento, y el español escrito
(español como lengua segunda) debe constituir un objeto de estudio que lleve un
proceso de aprendizaje similar al que se emplea para la enseñanza de las lenguas
extranjeras, por ejemplo inglés, francés o italiano.
Para tener en cuenta
-
La educación bilingüe no es un método, es una filosofía educativa que
considera al niño sordo como sujeto de derecho.
-
La lengua de señas argentina es la lengua de acceso a la educación para los
niños sordos.
-
Dentro de una escuela bilingüe, el español es enseñando como segunda
lengua.
-
Los niños y niñas sordos/as tienen derecho a acceder a la educación en
igualdad de oportunidades que cualquier otro niño o niña. La igualdad de
oportunidades implica, en el caso de los sordos, tener en cuenta que es a través
de la visión que estos niños desarrollan la lengua, se comunican con su entorno
y desarrollan su identidad.
-
La escuela de niños sordos no debería colocar el eje en la enseñanza de una
lengua. La escuela es sobre todo el lugar donde los niños construyen su
identidad.
-
Los niños necesitan adultos con los cuales identificarse. Debido a que la
mayor parte de esta población infantil no está en contacto con adultos sordos en
sus familias, es conveniente que encuentren estos modelos lingüísticos y
culturales en las escuelas.
-
La educación bilingüe considera a los niños sordos como miembros
potenciales de una minoría lingüística y cultural, dentro de la sociedad
mayoritaria.
-
No es necesario que un niño aprenda a hablar para que aprenda a escribir.
La escritura es independiente de la lengua oral.
-
Para que un niño sordo se integre en una escuela común, ésta debe estar
diseñada para que los sordos accedan a ella lingüística y culturalmente.
-
Usar la lengua oral no significa saber pronunciar algunas palabras sueltas
y frases simples. Aún los mejores lectores de labios no comprenden todo lo que
se dice.
-
El entrenamiento de la lengua oral insume mucho del tiempo que los niños
utilizarían para jugar, leer, mirar la televisión, conversar con otros, etc.
Recomendaciones para los docentes
No centrar la educación en las lenguas
La educación de los sordos y las diferencias entre las posturas educativas se
han definido siempre a partir de un mismo eje: la lengua. Los cuestionamientos
que hoy se le hacen a la enseñanza de las lenguas orales en las escuelas de
sordos, se dirigen ahora a encontrar “el camino de la educación de los sordos”
en las lenguas de señas: las lenguas de señas como lenguas naturales, las otras
lenguas (orales y escritas) como
lenguas segundas*. De esta concepción deriva
la definición de “educación bilingüe” para los niños sordos.
Para que los niños sordos comprendan y participen de la educación escolar es
imprescindible que los docentes manejen fluidamente la LSA.
Manejar fluidamente una lengua significa utilizarla en conversaciones, ser
capaz de desarrollar un tema en la clase, comprender y responder las preguntas
de los alumnos, comprender una conversación entre los sordos, leer un cuento y
recibir sus comentarios, reflexionar, opinar, criticar, crear, imaginar o
convencer a otros. Cuanto más pequeño sea el niño sordo más dominio de la lengua deberá tener el
docente ya que muchos niños hablan en media lengua, no conocen bien el idioma,
tienen pocas experiencias de vida, y requieren más atención.
El camino desde una perspectiva clínica hacia una mirada focalizada en los
derechos de las personas se construye a partir de los pequeños pasos trazados
por todos: docentes, familias, niños, comunidad sorda, médicos.
Nos encontramos en un período de transición hacia una educación “de” los
sordos, y no sólo “para” los sordos. Es un proceso extenso, que requiere del
compromiso y la dedicación de muchas personas. Es indispensable en esta etapa no
solamente aceptar la lengua de señas como la lengua de los sordos, sino también
estimular la reflexión y la discusión profunda acerca de un modelo pedagógico o
de una didáctica especial. En esta discusión se incluye la mirada de la
comunidad sorda.
La organización y el curriculum escolar deben contemplar la inclusión de
miembros de la comunidad sorda capaces de transmitir modos de desempeñarse en el
mundo de manera visual, con los cuales los niños puedan identificarse. Es decir,
como adultos socializadores que sirvan como sistema de apoyo para la adquisición
de la lengua de señas.
De hecho, para muchos educadores y teóricos el problema del bilingüismo para
sordos culmina cuando se toman ciertas decisiones lingüísticas y cuando se
incluye físicamente al o a los adultos sordos en la escuela solo por ser
“hablantes” de lengua de señas. Por otro lado, la inclusión de adultos sordos en
el contexto del aula dentro de un proyecto bilingüe-multicultural conlleva la
idea de que los sordos pueden integrarse desempeñando roles jerárquicos.
La presencia del maestro sordo y de la lengua de señas en la escuela no amenazan ni al maestro oyente ni a la lengua hablada, sino que se convierten en la mejor garantía de una eficiente educación.
* Se denomina lengua segunda a aquella lengua no materna,
aprendida en el país donde está oficializada, por ejemplo, un niño Argentino
estudia lengua segunda si estudia francés en Francia. Lengua extranjera, en
cambio, es aquella lengua cuyo aprendizaje se produce en un país en el cual no
se la emplea: un niño argentino estudia francés en Argentina.
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